El presidente peruano, Ollanta Humala, aprobó el examen de los primeros 100 días de gestión. En ese lapso, en el que según la tradición el gobernante da los primeros indicios de lo que será su administración, el ex militar, quien se alzó con la presidencia en junio, cumplió su promesa: liderar un gobierno sin sobresaltos.
Su popularidad, según la encuestadora Apoyo, es de 62%, y los economistas consideran una excelente señal que en estos 100 días el presidente nacionalista haya mantenido el rumbo macroeconómico y los programas que heredó de su antecesor, Alan García.
Inclinado a mantener un bajo perfil, silencios prolongados y a tener a prudente distancia a la prensa, sin conferencias con periodistas ni declaraciones rutilantes, Humala se ha esforzado por prolongar la luna de miel con la sociedad peruana. Honró su promesa de campaña de de aumentar el salario mínimo, que hoy asciende al equivalente a 255 dólares (sin contar con que ha anunciado un nuevo aumento para enero próximo); selló acuerdos con empresarios como los mineros para obtener mayores regalías y promulgó la ley de los pueblos originarios.
El gabinete de gobierno, donde conviven discretos neoliberales con militantes de la izquierda y progresistas con distintas historias, liderados todos por el acaudalado empresario y primer ministro, Salomón Lerner, goza de un alto prestigio. Los vicepresidentes Omar Chehade y Marisol Espino, acusados de tráfico de influencias, son la única mancha en el gobierno de Humala.
Pero hasta ahora, no lo han afectado directamente. "Ha dado suma confianza a los mercados y es de esperar que siga así", explicó el economista y ex contrincante de Humala como candidato a la presidencia, Pedro Pablo Kuckzynki.
Para este año se estima que la economía peruana crecerá 7.6% y la inflación no superará el 3%. Números económicos básicos que permitirán al jefe de Estado cumplir otras promesas, como la pensión 65, caballito de batalla de su campaña y que según fuentes del gobierno sería anunciada hoy. Entre los pendientes, las políticas sociales, justo el sector que "presenta mayores demandas", dijo el antropólogo Nelson Manrique.
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