Las movidas se produjeron a partir de la renuncia del Ministro de Agricultura, Rafael Quevedo, a su cargo, producida en las últimas horas.
Quevedo había quedado bastante maltrecho luego de dos denuncias bastante serias. La primera tuvo que ver con un polémico decreto que complementa la regulación sobre cultivos transgénicos, un tema sobre el que existe una polémica científica, pero, sobre todo, económica. El decreto no solo no fue discutido, sino que diversos medios informaron sobre los posibles intereses económicos del Ministro y de uno de sus principales asesores con este tipo de cultivos. La segunda denuncia fue propalada por Cuarto Poder el domingo: el Ministro era accionista de un camal en La Libertad que no tenía condiciones mínimas de salubridad.
En medio de la campaña, ambas denuncias pasaban medio piolas, pero aún así Quevedo terminó dejando el cargo. Su reemplazante será el compañero Jorge Villasante, quien estaba en el Ministerio de la Producción (y antes fue Ministro de Trabajo).
Pero la sorpresa está en el reemplazo de Villasante: Luis Nava Guibert, ex secretario general de la Presidencia de la República y frustrado candidato al Parlamento Andino. Varios trascendidos señalaban desde hace dos semanas que Nava estaba por ser "premiado" con un Ministerio.
Y decimos "premiado" pues, a partir de la fecha, Nava tendrá, como Ministro, derecho a un antejuicio en el Congreso por los próximos 5 años, es decir, que los parlamentarios decidan si se le procesa o no penalmente. Marco Sifuentes reseñó hace algunos meses la trayectoria de Nava, la cual, sin duda, ameritaría siquiera una indagación:
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