en boca del diablo

El último viernes estuve en la primera presentación del documental La Cantuta:En la boca del diablo, una película de Amanda Gonzales acerca de la investigación periodística que develó la desaparición y muerte de nueve estudiantes y un profesor de la Universidad Nacional de Educación en 1992.

Reafirmar el papel del periodismo en la investigación de violaciones de derechos humanos es importante. Periodistas como Edmundo Cruz – cuyo relato es el hilo conductor del documental – enfrentaron las complejidades propias de la indagación de un crimen y las represalias de un gobierno dispuesto a encubrir los hechos, debido a que sus más encumbrados dirigentes estaban involucrados en los asesinatos del destacamento Colina.

La película hace un buen contrapunto entre la historia de la investigación, los personajes que se vieron involucrados en la misma – desde los familiares de las víctimas hasta personas que tuvieron un rol circunstancial para develar los hechos – e imágenes del juicio oral en el que se condenó a Alberto Fujimori a 25 años de prisión, como autor mediato de asesinato, lesiones graves y secuestro agravado.

Para quienes de alguna manera conocimos los hechos en su momento, el documental nos traslada a tiempos en los que decir una verdad acarreaba serias consecuencias, desde el envío de arreglos florales a los colegios de los hijos de los periodistas para amedrentarlos, hasta el seguimiento de todos los pasos que personas como Cruz, Ricardo Uceda o José Arrieta daban. De allí que dicho trabajo, además de su calidad, merezca un doble reconocimiento por las condiciones difíciles en las que se hizo.

El documental, distribuido a través del diario La República y de redes sociales ha generado impacto en quienes lo han visto, por recordarnos lo peor de la década fujimorista.

La Cantuta:En la boca del diablo también ha generado revuelo en los defensores de Fujimori. El martes, en una radio local, Alejandro Aguinaga – congresista y médico del ex dictador – pedía investigar a La República por la distribución de los DVDs de la cinta. Ya imaginarán las razones.

Un amigo periodista ponía en su muro de facebook su desazón por tener que pelear, en cada elección, para que no salga alguien que se tire abajo la libertad de expresión. Para que esta prevalezca, y en memoria de las víctimas el domingo digamos, con nuestro voto, no a Keiko.